Quienes nos precedieron dejaron una huella y está en nosotros retomar ese camino para encontrarlos, descubrir sus nombres, quiénes fueron, qué hicieron y cómo vivieron. Debemos rescatarlos del olvido, porque ellos viven en nosotros.

Analía Montórfano


miércoles, 24 de julio de 2013

ELENA GREENHILL - La Inglesa



ELENA GREENHILL 

Elena Greenhill, tomada por el fotógrafo Navarro Martínez cuando toda la familia viajó a Valparaíso y todavía ella era soltera



-         La Grenil, la Bandolera, Elena. La conocí. ¿Sabes, Rosa? ¿Me escuchas? En el Campamento de Fiske Menuco (/)La Señora de la Aguada

Un siglo atrás, la Patagonia era lo más parecido al Lejano Oeste estadounidense de las películas: una región civilizada a medias, donde apenas llegaba el gobierno y, a falta de la ley, regía el sentido práctico y el instinto de supervivencia. Allí, en esa tierra de hombres, entre indios inescrutables, peones ladinos, policías corruptos y jueces borrachos, la Greenhill desplegó su carácter indómito y se convirtió en una temida cuatrera. Elena Greenhill la bandolera inglesa de la Patagonia, conforme el título del libro de Francisco N. Juarez (Ediciones B, Grupo Z), que históricamente tiene el trabajo de un orfebre y cuenta la vida de esta enigmática mujer.

 
Elena y Astete

En el origen de su historia hay un crimen no resuelto. Elena había nacido en  1874 en Yorkshire, Inglaterra; era la mayor de más de diez hermanos y había llegado a Chile con su familia en 1888, a los 13 años, junto con otros colonos rurales europeos que el gobierno llevó para poblar el sur del país. Tuvo una infancia de privaciones y responsabilidades tempranas. Como toda mujer de su tiempo traía impreso que debía casarse, debía someterse a su destino, equivalente a los deseos del marido.  A los 19 años sus padres la casan con Manuel de la Cruz Astete, un chileno veinte años mayor que ella que tenía oscuros negocios ganaderos, un cuatrero en eterno conflicto con la ley. Primer mal paso y dos hijos. Ya instalados de este lado de la cordillera, (precisamente donde se dibujaba el camino que transitaba el ganado entre Río Negro, Neuquén y Chile), aparecen los malos tratos y las desavenencias conyugales. También, los furtivos amantes de ella. Un día, durante un arreo de ganado, Astete desaparece. Meses después, en noviembre de 1904, se halla su cuerpo sin vida y con la cabeza destrozada en un cañadón solitario de Catán Lil (Neuquén). Se la acusó de instigar la muerte de su esposo, la peor prueba en su contra fue la de haberle sido infiel. El autor material –según sumario judicial- había sido un peón que Elena tenía de amante. Se casa con el leguleyo Martín Coria que la defendió en el juicio y se establecen en Montón Niló (un paraje de Río Negro) donde teniendo como pantalla un almacén de ramos generales, se dedicaban a la compraventa de hacienda robada, a la producción de ovejas, al robo y la estafa (Él se encargaba del papelerío y la estafa a ingenuos proveedores, ella pistola en mano y secundada por cinco bandidos más se abocaba el meticuloso robo de ganado). Dicen que en este tiempo conoció Buenos Aires, donde mandó pupilos a sus dos hijos. Rara vez estaba desnuda de armas y rara vez experimentó paz en su espíritu.

-         Fue bonito cuando se quedó una noche. Aquí. Quebró la rutina en la Aguada.. ya estaba con Martín Taborda, su tercer hombre. Un carrero entrerriano. (/)La Señora de la Aguada

Ahí comienza una nueva vida, una vida de adulta eligiendo con quien dormir, en quien confiar y como sobrevivir. Una vida que la llevará a aparecer en las páginas policiales de los principales diarios de Buenos Aires y a ser declarada la enemiga número uno de la policía de Chubut. La "Grinil" o "la "inglesa" como la llamaban los paisanos fue famosa por su puntería y los actos de cuatrerismo que cometió en la zona del norte desierto patagónico. Pero su vida se convirtió en leyenda cuando se atrevió a secuestrar a dos comisarios, a quienes obligó a realizar quehaceres domésticos. Tan  hábil con el caballo como con  el Winchester, la piadosa inglesita, se convirtió en una dura mujer que no le tenía miedo a nada y que encontraría un trágico final.

-         Bonita y servicial, la Inglesa ….. De pocas palabras. Mujer de Ley. No hablaba por hablar. La mataron por la espalda. Acá en la posta, todo se sabe..¿que era cuatrera? Tal vez. Ese era el oficio de muchos. La mataron en el verano de 1915…..ni siquiera habrá pensado que la policía querría cobrarse el ridículo que años atrás les hiciera pasar a dos milicos. Los madrugó, sabes. ¿Me das un poco de agua?, ¿la filtraste, Rosa? (/)La Señora de la Aguada
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Murió a los 43 años víctima de una emboscada que le tendió un ex amante miembro de la policía del Chubut, donde le aplicaron "la ley de fuga".
La partida policial iba al mando del Comisario Valenciano  (el mismo de cuyas tropelías habla Bayer con el asunto de la huelga obrera en Santa Cruz) y se ubicaron estratégicamente en la estrecha angostura del Chacay (Chubut). Allí se produjo el encuentro y el tiroteo duró casi una hora.
La Inglesa no se rendía aún herida, continuaba tirando desde atrás de su caballo contra la policía, hasta que sus fuerzas dijeron basta y cayó boca abajo. En ese momento le dieron el tiro de gracia que terminó con “La Inglesa Bandolera”.
Fue sepultada en la zona de Gan-Gan (Chubut) en 1915. 



Fuentes:
(/) La Señora de la Aguada de Lili Muñoz (2012 Ediciones Oblicuas S.L.)

La Bandolera Inglesa de la Patagonia de Francisco N. Juárez (2004)


La Nación –Correrías de una Bandida Rural  7 de Abril de 2006