Quienes nos precedieron dejaron una huella y está en nosotros retomar ese camino para encontrarlos, descubrir sus nombres, quiénes fueron, qué hicieron y cómo vivieron. Debemos rescatarlos del olvido, porque ellos viven en nosotros.

Analía Montórfano


viernes, 21 de junio de 2013

EL MARUCHITO

EL MARUCHITO

El mito es una manifestación de lo cultural y la comunicación humana. Son hechos o situaciones que ocurren en la vida cotidiana, generalmente tragedias e injusticias a niños, mujeres u hombres, de las cuales el pueblo se apropia, se identifica, las recrea y las sigue contando. Así como conocemos la historia de la Pasto Verde, también es conocida y contada de generación en generación la historia del Maruchito.

Quiero contar esta historia que de niña escuchaba de boca de mis tías, para contribuir al conocimiento del contexto social y cultural que vivieron mis abuelos cuando llegaron a Plaza Huincul, ya que mucha de la gente que se fue arrimando al lugar donde se ubicaba el Campamento YPF provenía de la zona de Aguada Guzmán, Cerro Policía, La Rinconada, lugar donde ocurrieron los hechos allá por el año 1915/1919.
 
Como toda historia sobre mitos populares, esta tiene diferentes versiones. Dos o tres son los relatos que construyen la vida de este chico, considerado un santo milagroso en Neuquén y Río Negro.

Maruchito era el nombre con el cual se identificaba a los niños "guachos" (que no tenían padres o familia) que acompañaban a los carreros. Hacían mandados, alimentaban los animales y buscaban la leña.

Que eran los "carreros"? : Trashumantes que se dedicaban a la compraventa, incluso arreo de animales, que en la Patagonia era muy común observar dado el aislamiento y las enormes distancias, en aquella época, además, no había puentes ni caminos consolidados.  Antiguamente la típica carreta patagónica era pequeña y tirada por bueyes, pero a ésta la sucedió la chata, que era un carro enorme, cuyas ruedas delanteras eran más chicas que las traseras, y que era tirado por caballos. Llevaban cargamentos de lana, yerba, cueros, barriles de vino, fruta, tercios con yerba, bolsas de harina, tambores de Cooper, chapas para algún rancho, madera y cocinas de hierro. Todo cabía allí arriba. 
Sobre la chata el carrero cargó la historia de los personajes patagónicos hasta que el ferrocarril la empujó al abismo del olvido, volcando en la caída su penoso andar. Hoy, como pasado cercano, la camioneta que levanta polvo en el campo, heredó su nombre y su oficio.

Las diferentes versiones indican que tenía entre 11 y 13 años cuando murió. Coinciden en que falleció trágicamente un 22 de Octubre entre los parajes Aguada Guzmán y Cerro Policía, por la ruta que actualmente se toma después de cruzar la Balsa Las Perlas.
Las circunstancias, sin duda injustas, de la muerte de "el marucho", han hecho que el amor y la veneración estuvieran siempre presentes.
 
El relato más conocido ubica la historia en el verano de 1915/1919, en el dobladero de los carros del paraje Barda Colorada (entre Cerro Policía y Aguada Guzmán) lugar en el que la tropa se detuvo, agobiada por el calor.
El Marucho, -que dicen se llamaba Pedro Frías-  tras terminar sus tareas y asegurarse que los hombres se retiraban a descansar, se dispuso a tocar la guitarra, lo cual le había sido prohibido.
Pero Onofre Parada, el capataz de la tropa, descubrió la travesura del niño y sin pensarlo tomó un cuchillo y lo apuñaló. El marucho cayó desmayado, abrazando la guitarra.
Los peones no ocultaron su enojo por la mala acción del capataz. Llevaron al peoncito hasta el rancho de una famosa curandera chilena de Aguada Guzmán, doña Catalina Rieuser. Pero, a pesar de los esfuerzos, el Marucho murió.
Le dieron sepultura junto al camino, en Barda Colorada. Finalmente, en el año 1924 colocaron sus restos bajo una capillita de adobe construida por los vecinos del lugar.  

Otra de las versiones dice que fue asesinado a golpes por robar tortas fritas en un momento en que la harina escaseaba. El capataz de la tropa lo golpeó ferozmente y lo dejó abandonado toda la noche, sin recibir ayuda. Al día siguiente murió, el cuerpo se enterró sin tumba y la tropa continuó su marcha. Pero en el camino sufrieron varios inconvenientes, por lo que decidieron regresar y enterrar al niño en una tumba. No pudo hacerlo, lo habían devorado los pumas. Finalmente enloqueció y terminó arrojándose a un río. 

Pasaron los años, y en la época en que los bandidos frecuentaban la región, una mujer que atendía una tienda, fue visitada por un forastero y, por temor a ser atacada, prometió levantarle una ermita, a cambio de preservar su vida. El hombre pidió balas y ropa, le dijo que no tenía dinero para pagarle y al irse reveló que pertenecía a una de esas bandas. La mujer construyó la ermita y el relato del santito milagroso se transmitió entre los pobladores.

Desde entonces, su tumba es venerada por los lugareños, convirtiéndose en un sitio de parada obligada, donde se depositan ofrendas, se realizan plegarias y pedidos de buen viaje. En el Marucho hay un pequeño ataúd, cartas y un cuaderno -donde la gente deja sus pedidos y agradecimientos-, paquetes de velas, ropa y calzado para niños, guitarras y hasta acordeones.
La mayoría de quienes se acercan a su tumba, están viendo en el Maruchito a todos aquellos niños de las zonas rurales que sufren, que no pueden ir a una escuela, o que les son vulnerados sus derechos.  Para los 22 de Octubre distintas agrupaciones de gauchos de Río Negro y Neuquén organizan cabalgatas,  para algunos la travesía dura seis días calculada sobre un trayecto de 300 kilómetros desde Balsa Las Perlas.
  El Maruchito es el único mito folklórico de estas características, auténtico de toda la Patagonia. Las figuras de Ceferino Namuncurá y de la Difunta Correa -como así también el Gauchito Gil-,  han sido difundidas por determinadas organizaciones, y con una finalidad o deliberación. Quizá por eso su popularidad o fuerza es menor dado el aislamiento geográfico de su "ermita” para usar la expresión de Elias Chucair.



 
RUEGO


Sin rendir distancias
ni sacrificios,
hasta vos yo vine
Santo Maruchito.

Sé que haces favores
y todos los pedidos
que a vos te formulan
se han visto cumplidos.

A muchos curaste
Santo Paisanito,
devolviéndoles vida
a muchos vencidos.

Por eso te ruego
y te suplico,
que cures mi muchacho
Santo Maruchito.

Un susto muy grande
tuvo mi hijito
y el habla del todo
el pobre ha perdido.

Todos en el rancho
estamos aflijidos
por ese silencio
en que Pedro ha caído.
¡Era un pico de loro,
Y cantaba tan lindo!
Ahora, así lo vemos
y mucho sufrimos…
No es para menos,
Santo Maruchito.

¡Qué no daría…!
Sólo por sentirlo
hablar como antes
a mí muchachito.

Te dejo una MATRA
sobre tus huesitos
para que el invierno
no te llene de frío…

La tejí de noche
muy de a poquito,
gastando mis ojos
y también pabilos…

De charcao te traigo
este manojito
que junté en silencio
para vos hijito.

El se llama Pedro
como vos Maruchito…
Hace que recupere
lo que él ha perdido.

Paisano santo,
gente de Ceferino,
que ayudás a todos
por mi hijo te suplico.

ELIAS CHUCAIR.
Ing. Jacobacci – Río Negro – Argentina.

 ( Libro: El Maruchito “ Hacedor de milagro en la meseta patagónica. Elías Chucair) http://www.lanacion.com.ar/1023127-los-apuntes-de-un-carrero-patagonico Diario Río Negro, domingo 16 de febrero de 2003. 


En las chatas se transportaban desde cueros hasta cocinas de hierro. Foto: gentileza de Eduardo Corominas






domingo, 3 de febrero de 2013

Plaza Huincul (Pozo uno) (1960)  :
 El 1 de septiembre de 1960 se estrena en la Rep. Argentina, el film Plaza Huincul (Pozo uno), con dirección de Lucas Demare, guión de Sixto Pondal Ríos y una duración de 85 minutos.
La película que era en color y que fue calificada como Inconveniente para menores de 18 años, estuvo protagonizada por Nelly Meden (en el papel de La Pasto Verde), Duilio Marzio, Juan José Miguez, Romualdo Quiroga y María Aurelia Bisutti, entre otros.
Ficha Técnica de la película:
Dirección: Lucas Demare
Guión: Sixto Pondal Ríos 
Fecha de Estreno: 1 de septiembre de 1960
Intérpretes:
DuilioMarzio
Nelly Meden

Juan José Míguez
Jardel Filho
Guillermo Murray
Ricardo Argemí
María Aurelia Bisutti
Omar Tovar
Julio Bianquet
Miguel Ángel Muiño
Romualdo Quiroga
Roberto Garibotto
Jorge de la Riestra
Oscar Borda
Juan Quetglas

Equipo Técnico
Producción:
Lucas Demare y
 
Sixto Pondal Ríos
 
Fotografía:
Alberto Etchebehere
 
Montaje:
Jorge Garate
 
Música:
Lucio Demare
 
Escenografía:
Gori Muñoz
El afiche de la película fué realizado por Osvaldo MarioVenturi, y fué este:


 Cuando la película fue estrenada en Rumania con el título " In pustiul Patagoniei", el afiche fue diseñado por "Serban R.". Los protagonistas desaparecen de la imagen (probablemente porque al no ser conocidos allá no servían para vender la película) y la torre petrolera que era figura central en la versión de Venturi, se reduce en tamaño y quedando como imagen privilegiada, un cactus (?).
Cartel de cine original del estreno de la película en España en 1962. Medida aproximada 70X100 cm. Diseñado por A. Peris Año de producción: 1960 US Title: PLAZA HUINCUL
Página del diario LA NACION del día Domingo 31 de Julio de 1960 promocionando la producción cinematográfica de la pelicula POZO 1




domingo, 27 de enero de 2013

DOÑA CARMEN FUNES - "LA PASTO VERDE"



Dicen que cuando el autor de “La Pasto Verde”, Marcelo Berbel habla sobre la venganza de doña Carmen Funes, seguramente se debe referir a que jamás se mencionó su nombre como la responsable del descubrimiento de petróleo en Plaza Huincul.

Yo estoy segura que la afirmación de Don Marcelo va mucho más allá.... no solo no se reconoció su aporte al descubrimiento del petróleo en Plaza Huincul, se le ha negado concientemente durante décadas el hecho de ser la primera pobladora de Plaza Huincul, se ha tergiversado su historia ... una historia cuya negación tiene mucho de vergüenza ajena...

Los pobladores  de Cutral Có y Plaza Huincul nunca la olvidamos, ella permanece siempre en el recuerdo de aquellos que aún vivos hacen memoria y se abren a la verdad...

No es muy dificil reconstruir la historia de esta mujer, ya que internet está plagado de datos, muchos erróneos. El problema es, entonces, acceder a la historia "no oficial", el relato englobado por el mito, la poesía y la memoria, muchas veces doloroso o no conveniente. Es la historia de "los nadie" como nos describe tan acertadamente Eduardo Galeano.

Cuando yo era niña los domingos "visitabamos" el cementerio. A la salida del mismo, mi papá nunca olvidó visitar la tumba de la Pasto Verde. Preguntar por esa mujer fue algo que no se me paso por alto: ¿porque la tumba no estaba en el cementerio?, ¿quien era?, ¿como era?....

Todo tenía una respuesta, porque mis abuelos la conocieron y porque mi papá y mis tías mayores no olvidaron los relatos de sus padres.

A través de los años, uno aprende muchas cosas, entre otras que hay que saber escuchar y aprender a callar, porque el relato oficial tiene mucha fuerza, la fuerza de los que situados en un lugar de privilegio dentro de la sociedad no admiten que otro pueda tener algo para aportar o aclarar.

Muchos me decían: "no, no, la Pasto verde murió en 1916".... "no no la película Pozo Nº1 tiene justamente ese error"...."no,no, esa era una amiga loca de la Pasto Verde"......"no, no la pueden haber conocido....imposible"......

Según el Censo Nacional de 1895 (Departamento 5 - Neuquen - Argentina), Doña Carmen Funes había nacido en Mendoza, tenía 33 años, era puestera, soltera y sabía leer y escribir.

Según mi familia Carmen Funes "La Pasto Verde" fue una puestera venida a fortinera por cuestiones que en aquellos años eran corrientes: tener vigilados los territorios conquistados a los indios. Era común ver pasar soldados del ejercito por su puesto y recabar información. Había incluso un asentamiento de la familia Namuncurá en San Ignacio.

Cuando mis abuelos la conocieron tenía unos 50 años y su vida fue tal como lo registra Don Felix San Martín en su libro sobre el Neuquén. A más de eso tengo que agregar que era una mujer alta, de ojos entre verdes y claros, vestía como hombre, llevaba siempre su cuchillo en la cintura, y en muchas oportunidades su actitud solidaria y su cobijo fue un paraíso en medio del desierto para los hombres y mujeres del Equipo Patria.

YPF nunca reconoció sus servicios. YPF es creada en 1922, los hombres que trabajaron en el equipo Patria pertenecían a la "Dirección de Minas y Explotación de Petróleo" y todo el personal existente paso a YPF. Igualmente la ingratitud fue mayúscula ya que en 1919, Carmen Funes vivía aún, según un Decreto del Poder Ejecutivo Nacional se crea el "octógono fiscal", reserva asignada de más 7.500 Hectáreas, tomando como punto central el Pozo Nº1, entre 5 y 8 Km de radio. En consecuencia varios grupos humanos que habían comenzado a llegar en busca de trabajo en las distintas companias petroleras que explotaban el petróleo en la zona (Astra, Standar Oil, por ejemplo) fueron desalojados, incluida sin ningún miramiento Doña Carmen Funes.

Por supuesto que con Doña Carmen no fue fácil, ya hacía tiempo que la simpatía primera se había terminado. Los trabajos de perforación habían secado definitivamente una pequeña vertiente de agua, sus animales habían muerto, y era imposible cazar una martineta kilómetros a la redonda....Fue tal el empeño que puso en permanecer en su puesto, que las autoridades empezaron a hablar de "la loca del puesto". Vivió sola y murió sola alrededor de 1920/21. Mi abuela entregó uno de sus vestidos para enterrarla, cerquita de su puesto. Cuando se construyó el cementerio un grupo de mujeres quizo trasladar sus restos pero el "curita" de turno se negó.

Los años desgastaron las piedras de su tumba, el adobe del puesto no resistió mucho. En 1960 Don Berbel junto a un grupo de hombres mandaron a hacer en los talleres de YPF, donde trabajaba mi papá unas rejas y un encadenado para proteger el lugar donde estaba la tumba.
El músico Marcelo Berbel, autor de la zamba con la que homenajeó e inmortalizó a esta mujer, dice: "No es la primera vez que piso este lugar porque me crié aquí. Pero hay que recordar que la tumba donde ella descansa fue hecha por los hermanos Miguel y Toribio Otaño y yo".

El resultado de estos descuidos fue que el aluvión de 1975 borró completamente su tumba, como así tantas del cementerio local.

El mito que la menciona como fundadora de Caruhé, Puan, Trenque Lauquen no se ajusta a la realidad histórica. Tampoco que haya participado en la Guerra del Paraguay (1864/1870). Y tampoco llegó al Neuquén acompañando la 4ta División al mando del Teniente Coronel Napoleón Uriburu en la Campaña al Desierto (1878), que por cierto fue la que más sangre derramó en dicha cruzada que no tuvo nada de civilizadora.










 

 




 
LA FAMILIA

El 9 de Noviembre de 1916, José Potenzoni se casó con María Carmela Fortunato de 16 años y viajaron a Plaza Huincul donde se encontraba el campamento de obreros que trabajaron en el primer equipo de perforación que trajeron a la provincia. En medio del desierto, en una carpa y con la asistencia de una improvisada matrona nació su primer hijo que no logró sobrevivir. Por esa razón en 1918 y en 1919 en Capital Federal, donde Carmela tenía su familia nacieron María Magdalena y Magdalena respectivamente.
Una vez construidas las primeras viviendas de adobe y chapa para los obreros, (que fueron las que actualmente circundan las calles Gregorio Alvarez - Berbel y Av. del Libertador de Campamento Central) Doña Carmela se instaló definitivamente con sus hijas en Plaza Huincul.

Dió a luz en su domicilio a Catalina el 15 de Octubre de 1921, el cual quedó registrado en el Folio 5 del Tomo I del Libro de Nacimientos ante Segundo Aresqueta, encargado del Registro Civil de Plaza Huincul (creado el 8 de Junio de 1921), siendo los testigos Juan Soufal (casado) y Julio Pueyo (soltero).
Posteriormente nacieron en el mismo domicilio: Antonio Dominicio (mi padre) el 21 de Abril de 1924, José el 22 de Octubre de 1927 y Carmen el 26 de Agosto de 1932.
Dios mide la grandeza de un individuo en términos del tamaño de su corazón, la calidad de su ser interior - su capacidad para amar, dar, hacerse frágil o tener compasión de los demás, una medida que para muchos no tiene un valor significativo, Don José Potenzoni debe haber sido agradable a los ojos de Dios...... me cuentan que era fisicamente muy alto, fornido, apuesto, .... sumamente callado, de pocas palabras -hablaba un castellano "medio atravezado"dicen-, de caracter, muy rígido y estricto en la crianza de sus hijos.
Yo recuerdo claramente sus ojos, sus bigotes....y sus manos.....
Pero hay una anécdota que lo define en cuanto a las fibras más íntimas de su personalidad: cuentan que cuando nació José, luego de un parto prematuro y muy dificil, la partera estimó que el bebé tenía muy pocas posibilidades de sobrevivir, y que dando prioridad a la madre habían dejado el cuerpito a un lado "para que un golpe de aire se lo llevara".... fué entonces que mi abuelo entró a la habitación y lo vió.... lo tomó en sus brazos y le dijo a mi abuela -"Carmelé, este no se nos va a morir...!", lo abrigó, lo colocó en una cajita, pidió leche de la mamá, y con una paciencia ponderable alimentó a su pequeño hijo.
Este hijo que creció fuerte y hermoso fué el padre de tres de mis primos...

La única que nació en el edificio viejo del Hospital YPF que se comenzara a construir en el año 1927 fué Carmen....
Fotos del hospital año 30 aproximadamente
Fotos de Plaza Huincul


 Avenida San Martin Año 1924


 Ruinas de Piedras
 Vista de la Avenida San Martin hacia el año 1930
 Puesto de Doña Carmen Funes "La Pasto Verde"





jueves, 29 de noviembre de 2012

El papel de Anselmo Windhausen

Por Rodolfo A. Windhausen  
La muerte de Florentino Ameghino en 1911 y la incorporación de otros científicos alemanes al equipo de investigadores extranjeros que trabajaba desde 1904 en la Argentina abrieron nuevos capítulos a la actividad geológica en el país.
Tras la reorganización de la División de Minas y Geología del Ministerio de Agricultura de la Nación (que pasó a denominarse Dirección General de Minas, Geología e Hidrología en 1912), al Dr. Anselmo Windhausen (1882-1932, www.awindhausen.blogspot.com http://www.lmcordoba.com.ar/ed_ant/2006/06-04-25/33_opinion_02.htm), quien había
sido contratado en 1909, le fueron encomendadas nuevas tareas en el terreno.
Esas tareas pusieron a Windhausen en contacto directo con la industria del petróleo; el tema del abastecimiento del combustible ya venía preocupando a las autoridades argentinas.
Para despejar una creciente polémica acerca de la existencia de elementos boreales en la fauna andina del Jurásico, Windhausen fue enviado al entonces territorio del Neuquén con la misión adicional de ocuparse de los afloramientos de petróleo que habían sido denunciados en la región del Cerro Lotena.
Windhausen hizo dos expediciones: una en 1912 y otra en 1913 (1). Sus observaciones formaron parte de un informe preliminar, fechado el 23 de junio de 1913, que entregó a
su jefe en Minas y Geología, el Dr. Juan Keidel. Windhausen resumió esas mismas conclusiones en una conferencia ilustrada con diapositivas que pronunció el 6 de septiembre de 1913 en la Sociedad Científica Argentina (2).
En esa disertación (3), titulada “Constitución geológica de la zona petrolífera del Neuquén”, Windhausen aconsejó realizar las exploraciones en “la comarca comprendida entre el kilómetro 81 –Plaza Huincul– y la ciudad de Neuquén”.
Su estudio de la Cuenca Neuquina y su certera predicción fueron atribuidos injustamente, durante más de 60 años, a su jefe y colega Keidel (4), quien sólo confirmó mucho
después los datos de su subordinado y determinó la posible ubicación del primer pozo que se perforó en la zona.
Windhausen, en un gesto que repetiría muchas veces en su carrera científica en la Argentina, guardó silencio y prefirió sólo documentar la secuencia real de los acontecimientos (5).
Aunque no comenzó la explotación del yacimiento hasta cinco años después, Windhausen fue el primero en determinar con cierta precisión, dentro de las limitaciones de la época, la posible ubicación de capas petrolíferas en la zona de Huincul y recomendar claramente una mayor exploración de la zona en busca de petróleo.
En rigor, la contribución de Keidel se basó en los informes de su subordinado Windhausen, reunidos más tarde en el trabajo “Los yacimientos de la zona andina”, que publicó la Academia Nacional de Ciencias de Córdoba en 1916 (5 bis), y que se convertiría en el fundamento de las exploraciones posteriores a 1912-13.
Keidel, alertado por los hallazgos de Windhausen, viajó apresuradamente a Neuquén después de la visita de Windhausen y escribió un informe “propio”.
En la Memoria de Minas y Geología de 1915, que se publicó con considerable demora tres años más tarde, se indicaba claramente que entre agosto y septiembre de 1915, Keidel estuvo en el centro-oeste de Neuquén con el objeto de realizar “el estudio estratigráfico y tectónico de la serie Mesozoica empezado ya por el Dr. Anselmo Windhausen para fijar definitivamente el horizonte primario del petróleo y su probable distribución subterránea” (Nota del autor: el destacado es mío).
En la historiografía del petróleo argentino ha quedado, empero, la presunta autoría de Keidel del descubrimiento de Plaza Huincul. Ese error condujo, por ejemplo, a presentar a Keidel, científico alemán de considerables méritos, como el “descubridor” de Plaza Huincul incluso en
una película de los años 60, en la que toda la cronología de los hechos apareció distorsionada (6).
Los documentos ofrecen otra versión, que se ajusta más a la realidad de los hechos. Los viajes de Windhausen entre 1912 y 1913, que se realizaron en condiciones más que precarias por las dificultades de comunicación y transporte de la época, fueron la base de todos los estudios posteriores y condujeron, finalmente, a la explotación de
Plaza Huincul a partir de 1918.

Rodolfo A. Windhausen

Nieto de Anselmo Windhausen, es un periodista y escritor argentino radicado en los Estados Unidos desde 1978. Durante más de 25 años ha investigado la documentación existente sobre su antepasado, cuya biografía ha escrito en un libro aún inédito. Este artículo es una versión resumida de un capítulo de su libro, obra que detalla las exploraciones, la obra de Anselmo Windhausen y sus contribuciones a la docencia, a la geología y la paleontología en la Argentina.



1- En 1912 había recorrido “la costa del río Limay hasta Cabo Alarcón, tocando en el camino la Laguna del Toro, Arroyito y Chocón”, luego la margen derecha del Picún Leufú y el Cerro Lotena, para regresar a los diez días por Cerro Candelero, estancia La Esperanza y Laguna del Toro. Ese mismo año recorrió la Sierra de Auca Mahuida, camino que se podía hacer “en dos días” desde Cipolletti si se contaba “con buenos animales y un hombre baqueano”. Entre abril y mayo de 1913 volvió a General Roca en tren y recorrió a lomo de mula Lotena, Zapala, Covunco y la Sierra Vaca Muerta, regresando por Covunco, el Añelo y Cipolletti. V. cronología
en el diario Río Negro, 18/4/82 y en las Memorias de Minas y Geología correspondientes a la época.

2- Por entonces ubicada en un local de la calle Cevallos 269. Fue presentado a la audiencia por el Ing. Enrique Hermitte e ilustró su charla con fotografías proyectadas como diapositivas. Al acto asistió también el famoso naturalista Ángel Gallardo (1867-1934), luego ministro de Relaciones Exteriores, que fue quien designó a Anselmo Windhausen como comisionado en la Exposición de Panamá-San Francisco 1914-15. Gallardo dirigía en ese momento el Museo Nacional de Historia Natural (V. su biografía, entre otros, en www.ancefn.org.ar/institucional/presidentes).

3- V. diario Río Negro, 22/10/74. Original existente en la colección
Windhausen, en Estados Unidos.
 

4- Hasta la publicación del álbum conmemorativo del cincuentenario de YPF, en 1972, en que se aclaró definitivamente la cuestión por iniciativa de mi padre, quien presentó los documentos de la colección Windhausen, entre ellos el original de la conferencia de Anselmo Windhausen, al historiador Fermín Chávez, autor de la publicación, en 1971. V. también las
Memorias de la Dirección General de Minas, Geología e Hidrología correspondientes a la época, en las que consta la cronología de los hechos.

5- Pese a que se publicaron versiones resumidas de su conferencia en los diarios La Prensa, Deutsche La Plata-Zeitung, Buenos Aires Handels-Zeitung y La Nación, la publicación oficial de su trabajo final, fechado el 8 de septiembre de 1913, quedó postergada misteriosamente en la Dirección General de Minas, Geología e Hidrología. V. también El yacimiento de rafaelita en Auca Mahuida, Ministerio de Agricultura, Dirección General de Minas, Geología e Hidrología, Bo. 1, Boletín, tomo XIV, N° 10, Buenos Aires, 1912 y Contribución al conocimiento geológico de los territorios del Río Negro y Neuquén, Ministerio de Agricultura, Anales, Sección Geología, Mineralogía y Minería, Tomo X, N° 1, Buenos Aires, 1914.

5 bis- V. Los yacimientos petrolíferos de la zona andina (Prov. de Mendoza y territorio del Neuquén), Ministerio de Agricultura, Dirección General de Minas, Geología e Hidrología, Boletín N° 15, serie B (Geología), Buenos Aires, 1916.

6- V. también el artículo de Giordano, Héctor, “Una verdadera epopeya: la trascendencia del pozo N° 1 en Neuquén”, revista Petrotecnia, agosto de 2002, p. 75.




http://biblioteca.iapg.org.ar/ArchivosAdjuntos/Petrotecnia/2007-3/PlazaHinucl.pdf

http://www1.rionegro.com.ar/diario/2007/05/29/imprimir.20075o29s03.php

PLAZA HUINCUL - CUANDO LAS PIEDRAS HABLAN
Las piedras de la cuenca petrolífera neuquina empezaron a hablar en 1912, cuando la División Minas, Geología e Hidrología envió al Doctor Anselmo Windhausen geólogo contratado de dicha repartición, acompañado de un grupo de ayudantes de campo, entre ellos mi abuelo Don José Potenzoni que contaba en ese entonces con 17 años. En su informe final, el Dt Windhausen, aconsejó como punto conveniente para realizar sondeos explorativos  "la comarca comprendida entre el kilómetro 81 y la ciudad del Neuquén".
Estos informes fueron  completados y ampliados por el Doctor Juan Keidel, geólogo alemán de gran capacidad científica, corroborando y reafirmando la existencia de yacimientos petrolíferos en ese lugar.
Keidel aconsejó realizar la primera perforación en el lugar denominado Plaza Huincul, entre las estaciones Challacó y Ramón Castro, del Ferrocarril Sud, ramal Neuquén-Zapala. A un kilómetro al norte del Km 1.297 y "en el alto de un morro, al lado de una mata verde".
En 1915 se ordenó el traslado a Plaza Huincul de una perforadora Fauck, a la que se bautizó con el nombre de "Patria" y cuya capacidad de perforación era de 500 metros. Como no existía paradero ferroviario alguno a la altura de Plaza Huincul, las descargas debieron realizarse en la estación Challacó, distante a 22 Km. trayecto que se realizó tracción a sangre y por malos caminos.
Otro de los problemas a resolver fue la falta de mano de obra para los trabajos iniciales de desmonte y armado de estructuras. Este inconveniente fue superado cuando el gobierno del Neuquén facilitó 30 presos de la cárcel provincial.
Con la Supervisión del Ing Enrique Cánepa, la perforación nº 1 fue empezada el 17 de febrero de 1916.
En un período de descanso, Don José Potenzoni viaja a Buenos Aires para contraer enlace con Doña María Carmela Fortunato de 16 años, y regresó con su mujer al Campamento de perforación en Plaza Huincul.
Vivían en carpas y cuando el viento no dejaba nada en pié, se cobijaban en cuevas. En medio de aquella desolada meseta vivieron duras jornadas: los víveres necesarios para el sustento diario los adquirían en un almacén distante a dos Km de la zona de perforación: el almacén de Castagnous; la correspondencia era retirada de la posta de Doña Carmen Funes, que pasaría a la leyenda con el famoso sobrenombre de la Pasto Verde.
El Equipo de Hombres que trabajaron en el Pozo Patria fueron:
Ingº José Cánepa
José Almendra
Santiago Antón
José Arroyo
Rosendo Artigas
Benigno Bouza
Juan Carrosino
Emilio Castelón
Jorge Dompé
Pedro Espinosa
Josè Garrido
Rafael Garrido
Francisco Gruber
Pablo Gunter
Guillermo Helberk
Max Kessler
Oscar Lenhard
Juan Lunghi
Carlos Mayer
Santiago Martinelli
Fernando Melneke
José Melo
Juan Miralles
Benito Perez
Juan Pollo
José Potenzoni
Cipriano Salto
Focas Sanchez
Juan Schreiber
Juan Soufal
José Sproviere
José Vigna o Viña
El avance de la máquina Patria fue lento. Aparte de la poca o ninguna experiencia del personal en labores petroleras, se debieron afrontar otras dificultades: la escasez de agua, cuya provisión debía ser hecha por el ferrocarril, y las características del terreno. Entre febrero y el 31 de diciembre de 1916 el pozo avanzó hasta los 260 metros. A partir de los 340 metros, la pesca de una de las herramientas llevó cuatro meses de tarea. Al llegar ésta a los 516 metros aparecieron rastros de petróleo y el 29 de octubre de 1918 la máquina alcanzó el horizonte petrolífero, entre los 603 y los 606 metros.
Entre el 30 de enero de 1919 y el 30 de agosto de 1922 fueron realizados en Plaza Huincul seis pozos más.

Fuente: YPF UNA EMPRESA AL SERVICIO DEL PAIS 1922-1972 Obra editada por el Departamento de Ceremonial y Protocolo de la Empresa YPF